lunes, 14 de diciembre de 2009

Sentirse lleno por dentro...

Sentirse lleno por dentro,
lleno de sangre inquieta,
de sangre que mueve dedos
                que mueven martillos
                que atraen uñas
                que agitan cuerdas
                que atraen vientos
                que dan de respirar.

Construir con todos esos dedos un castillo y entrar a recorrerlo con la piel.
Sorprenderse de las dimensiones de las puertas y del horizonte que entra por las ventanas.

Invitar a las voces del pueblo a hacer silencio,
y a entrar en este castillo,
virgen de novedades.

Solo entonces la primer piedra es fuente de la que comemos.

Solo entonces somos piedras que se apoyan y se sostienen y se apilan y llegan alto y levantan paredes y hacen castillos donde la voz del pueblo se calla para que hable la sangre.

  Escrito el 17 de abril de 2009,

minutos después del ensayo general de El Menú,

algunas horas antes del estreno del trío.

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